domingo, 24 de marzo de 2013

Críticas del Odio: Terminator Salvation (2009)

[Esta crítica fue escrita al poco del estreno]

 

GRAN ALERTA DE SPOILERS
(Pero, para ser honestos, que te hagan spoiler de esta película no es que sea algo malo)


Servidor es confeso admirador de las primeras entregas (incluso, sí, lo digo, la tercera me divierte, quizás más que nada por ser un elemento paródico de sus dos magnas predecesoras, obras del genio James Cameron), por lo que fui al cine con la esperanza de que McG y Christian Bale renovaran el mito y el espectáculo. Pero, ay de mí, no debí poner mis ilusiones en manos de un director de cine con mote de coleguita (McG es el diminutivo de su apellido: Joseph "McG" McGinty Nichol)… En fin, allá vamos.

Para empezar, si habéis visto el trailer, ya habéis visto la película. Efectivamente, la moda de contar las escenas clave y el final en los trailers sigue vigente. Por eso mismo no quiero que nadie me venga lloriqueando con que he soltado grandes spoilers; no voy a decir más de lo que la campaña de marketing se ha encargado de decir por si sola.

Nos encontramos en el año 2018. Las máquinas, comandadas por la Inteligencia Artificial Skynet, han exterminado a la raza humana. Los pocos supervivientes mantienen una débil resistencia contra las mismas y ponen sus esperanzas en John Connor, el hombre que durante años les ha estado contando sus experiencias con los Terminators enviados para matarle. Un buen día, los líderes de la resistencia obtienen, gracias a un informador anónimo (?), una clave que les permitiría desconectar Skynet y liberar a la humanidad. En este marco aparece la figura de Marcus Wright, un condenado a muerte que donó su cuerpo a la ciencia y que despierta de pronto en ese futuro post-apocalíptico. En su búsqueda de respuestas (a la pregunta ¿Qué carajo hago yo aquí? que nos hacemos todos), su camino se unirá al de Connor con resultados… relativamente sorprendentes. Me explico. De no ser porque en el trailer te dicen que Marcus Wright es una máquina con cerebro humano (Lo que llamaremos ahora un Humanator), uno se hubiera quedado pasmado en el cine. ¡Exacto! Los guionistas intentan ocultarte la verdad sobre Humanator durante más de la mitad de la película cuando todo el que acude a verla, gracias a la extraordinaria campaña de publicidad, sabe que es lo que le pasa al pobre de Wright.


 "¿En serio que no sabías que eras un robot? ¿No has visto el tailer?"

El desarrollo de la trama es muy correcto y efectivo durante la primera mitad del metraje, dedicada prácticamente a la aventura estilo Mad Max de Wright, pero se acelera de manera muy forzada y mediocre en la segunda. Como si de repente todos tuvieran prisa por acabar, además de que el sentimiento de que los personajes corren peligro es nulo. Por lo tanto, la sensación agobiante de los flashbacks guerrilleros de Kyle Reese en la primera Terminator, se pierde por completo.
Y ya que hablamos de cosas que se pierden, hablemos de cómo el mito del profeta guerrero salvador de la humanidad John Connor se ha quedado en los Noventa. Christian Bale hace lo que puede para mantener a flote su personaje (esta frase va a tener gracia más adelante), pero el guión ayuda poco… muy poco. Se puede resumir en que pasa la mayoría de sus escenas sentado con cara de mala leche, como esperando a que algo ocurra. El protagonismo se lo lleva Marcus Wright, interpretado por Sam Worthington, el nuevo protegido de James Cameron gracias a la esperada Avatar (Según parece, cuando Worthington le dijo a Cameron “hey tío, soy el nuevo Terminator ¿me das algún consejo?”, Cameron simplemente le contestó “No la cagues”). Al igual que Bale, Worthington lucha por sostener un rol muy mal desarrollado. Pero lo peor es que ambos personajes, en lugar de multiplicar por dos la calidad de la película, la dividen. En un intento de enfocar las dos personalidades, los guionistas logran magistralmente anularlas a ambas ¡Genial! Pero en lo que anular personajes se refiere, la palma se la lleva la guapísima Bryce Dallas Howard, que interpreta a una ecografía con patas; los breves momentos que aparece, casi sin frases, son para que veas su barriga embarazada y como la besa Bale. Nunca he visto una manera tan torpe de mostrarnos que el prota de una peli va a tener descendencia. ¿Y qué decir del Cameo más esperado en años? Tú y yo lo sabíamos, sí, pero ninguno se atrevió a decirlo antes: Arnold “Chuache” Schwarzenegger aparece… pero no del todo. Al estilo Beowulf, Chuache presta su rostro que es implantado por ordenador encima de un tío cachas (su foto con su propia cara, más abajo). El resultado no puede ser más cutre; en esta era de los efectos especiales, parece mentira que el ordenador cante tantísimo… ¿Por qué no hicieron lo mismo que con Oliver Reed en Gladiator? Si no fuera por los extras del DVD, nunca hubiera imaginado que muchas de las escenas de este hombre fueron rodadas… después de que él muriera. Implantaron por ordenador su cara encima de la de otro actor y nadie en el planeta se dio cuenta. Sin embargo, el 3D Chuache queda tan horrible que solo lo muestran durante dos planos, lo justo para meterle fuego y que salga el robot esquelético T-800 que tan bien conocemos todos.


¡Kiaaa, mañooo! Este hombrecillo llamado Roland Kickinger pone el cuerpo (que no la cara) al Chuache T-800

Una vez dado el repaso a los actores y a la trama, me gustaría centrarme las cosas que hacen que le pierda el respeto a una película: los divertidos fallos de coherencia. Emerson dijo que “Las coherencias tontas son la obsesión de las mentes ruines”, pero obviamente Emerson no iba mucho al cine. Me gustaría saber que hubiera opinado Emerson de lo que voy a decir ahora (si es que él hubiera ido a ver Terminator Salvation). Estos fallos normalmente van en cadena – como estáis a punto de ver – y desmoronan la credibilidad y sentido del argumento y los personajes.


"¡Hey, Murray! Dicen que Connor anda por el edificio. Hay que estar atentos ¡Podría estar en cualquier parte!"

Como dije antes, los líderes de la resistencia reciben una clave de un informador anónimo para destruir Skynet, así que inmediatamente organizan un ataque mundial. Y yo me pregunto ¿no sería sensato averiguar quién es ese informador y como puñetas ha conseguido él solito la clave para anular la mayor inteligencia del planeta? Pero no. Los lideres de la raza humana no son ruines, como lo soy yo, por lo que acaban muertos. ¿Muertos?, Ale, ¿has dicho muertos? Sí, muertos, ¿Por qué? Porque el informador anónimo era el mismísimo Skynet tendiéndoles una trampa.
Pero, tranquilos, las máquinas también tiene su lado sin sentido. Llegados al final, descubrimos que todo es un plan de Skynet para matar a John Connor (oh, cómo no). Ignorando la omnisciencia espacio-temporal que parece tener Skynet en esta película (mágicamente conoce el pasado y el futuro de Connor y sabe que debe exterminarlo cuando aún no se ha convertido en la amenaza que debía erradicar en las tres primeras partes, incluso parece saber quién es Kyle Reese cuando en las otras películas no lo sabía), uno no se explica porque esta I.A. súper avanzada le cuenta, con el rostro de Helena Bonham Carter, sus malvados planes a Marcus Wright, un peón. Al parecer, Humanator es un modelo experimental de Terminator para infiltrase entre los humanos (como el T-800 pero con labia) y lograr que Connor confíe en él para poder atraerle hacia la trampa que ha montado Skynet. Entonces, la Bonham Carter le comunica a Humanator que tiene un chip en la nuca con el que puede controlarle… y como quien no quiere la cosa, este se abre la cabeza y se quita el chip... pues menuda mierda de control. Ah, sí, y como venganza por tan cruel manipulación, rompe la pantalla donde aparece la cara de la esposa de Tim Burton.


Hola Skynet ^^

Una pregunta que me surge cuando Wright se infiltra dentro de las instalaciones de Skynet es por qué camina como un Ninja y se mueve de esa forma entre las sombras cuando el sistema de seguridad le ha dado completo acceso al lugar… Quizás al chaval le apetecía jugar a los comandos. Todos lo hemos hecho alguna vez en el pasillo de nuestra casa.

Para el final he querido hacer un TOP 3 con los momentos que más me han impactado:

3º  El rapero Common (que interpreta a la mano derecha de Connor) deja sin sentido a Humanator de un culatazo de rifle en la cara… ¿Quién nos iba a decir que era tan fácil derrotar a un Terminator? Más si tenemos en cuenta que antes de llegar al culatazo, Wright cayó en un río a toda velocidad desde una nave (e hizo varias “ranitas” en el agua) sin enterarse y que permaneció consciente después de que una mina le estallara en la pierna.

2º  La nueva habilidad de combate del T-800: empujar. Sí, damas y caballeros, eso es lo que hacen los Terminators en esta película: empujar. En la primera escena de Terminator (la de James Cameron), le arrancaba el corazón a un tipo. En esta, empuja. Y perdonad que insista, pero es lo que hace durante la pelea final; empujar a Connor una y otra vez durante diez minutos. Cada vez que lo ve, lo empuja. Y cuando Connor se levanta, lo vuelve a empujar. Sí, señor, esa es la sanguinaria máquina de matar que todos conocemos.

1º  El primer puesto se lo lleva el momento más sorprendente que he visto en mucho tiempo. Connor y Wright, frente a frente en el río, sellando una alianza. Wright le pide a Connor que confíe en él. Connor acepta. Wright se aleja. Connor le grita:
“¿Quién eres?”
Y Humanator le responde, triste y metafísico, mientras se deja llevar por la corriente, río abajo:
“No lo sé…”
Y mi mente le puso la coletilla:
“Pero floto”.
Correcto. En esta película los Terminators de acero y hierro que hacen cráteres de impacto cuando caen al suelo flotan. ¡¡Flotan!! ¡¡¡FLOTAN!!!

Pero no todo va a ser negativo. Voy a ser buena persona y os voy a hablar de los puntos buenos de Terminator Salvation: algunos planos y detalles de las escenas de acción son estupendos (Connor en el helicóptero) y al fin averiguamos como se hizo John la cicatriz que lucía en el rostro al principio de Terminator 2. ¡Ah! Y los T-600 quedan muy bien como robots torpes y toscos, antesala de los sofisticados T-800… que empujan a la gente.

James Cameron supo plantear estupendamente grandes enigmas filosóficos de la Ciencia-Ficción, como son la violencia en la naturaleza humana, la posibilidad de cambiar o no el futuro… Llegados a este punto creo que empiezo a vislumbrar cual es la pregunta de McG: ¿Quiénes son más estúpidos, los humanos o las máquinas?

PD. En esta película aparece el T-800 ocho años antes de que fuera fabricado según la cronología de las anteriores películas… Si es que soy de lo más ruin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario