domingo, 24 de marzo de 2013

Momentazos: I thought I'd lost you, boy!

Elegir un solo momentazo dentro de Indiana Jones y la última cruzada (Indiana Jones and The Last Crusade, Steven Spielberg, 1989) es dificil, así que diré que PARA EMPEZAR he seleccionado este. Quizás dentro de un tiempo, en uno de esos instantes cinéfilos en los que el amor por Indy nos sale por los poros, le dediquemos un larguísimo especial a esta magnificencia.

El doctor Henry Jones, junior (Harrison Ford), ha rescatado a su padre el doctor Henry Jones, senior (Sean Connery), del "vientre de ese monstruo de acero", pero no ha podido evitar despeñarse por un precipicio hacia una muerte segura. Henry, Sallah (John Rhys-Davies) y Marcus (Denholm Elliott), el grupo de aventureros más rocambolesco del cine, corren al borde y...


Las actuaciones, la simpleza del guión al que no le falta ni le sobra nada y la duración y colocación de los planos (los cuatro mirando al vacío... esa foto...) concentra la esencia de la película en un momento de verdadera catarsis. El padre que siempre está desaprobando al hijo se desmorona y lo abraza en uno de los momentos más tiernos de la película. Tras esto, recupera la entereza y la compostura... pero solo por un instante: la emoción de la aventura corre por sus venas y necesita más. Vemos una breve luz ahí, un flash, y descubrimos de donde ha sacado Indy esa personalidad que tanto nos marcó de niños.

Y encima el vientro trae de vuelta el fedora, un personaje más, que, como Indiana, saltó del tanque antes de que se estrellara y ahora vuelve para continuar con el viaje.

Estoy dispuesto a salir a la calle a darme de hostias contra el que diga que la palabra "magia" no se puede usar para definir el cine.








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